domingo, 13 de septiembre de 2015

La felicidad



¿Os ha pasado alguna vez sentiros felices sin motivo aparente? Uno se levanta  y siente  que todo está bien y que puede con todo.  No importan esas pequeñas raciones diarias de negatividad que nos depara la vida,  simplemente uno no se fija en ellas. Otros días,en cambio, pase lo que pase todo pasa por un cristal oscuro y no me refiero a las gafas de sol si no del filtro cognitivo negativo con que interpretamos la realidad. ¿De que depende que lo que nos sucede  los veamos como un oportunidad/reto  o como un obstáculo ? ¿La felicidad viene de fuera?
 Buenos días a todos y espero que hoy llevéis las gafas.. de color rosa!

sábado, 5 de septiembre de 2015

Bacterias, enfermedades e infecciones recurrentes.



Por increíble que parezca, somos en mayoría bacterias. Al no verlas no estamos del todo conscientes de la existencia de estas microscópicas inquilinas, pero están allí en forma de billones de microorganismos colonizando todo nuestro cuerpo... Asusta, ¿verdad? Aquí empieza mi pequeña introducción…

Hoy en día se está dando especial importancia a las bacterias por muchas razones: están mucho antes que nosotros, lo que nos recuerda que su capacidad “colonizadora” es abrumadora. Se están investigando tanto los beneficios de bacterias amigas como el efecto de las enemigas, dado que algunas están detrás de gran variedad de enfermedades, por ejemplo, posibles efectos en enfermedades digestivas, inflamatorias e incluso la posibilidad de que la depresión tenga relación con estas. Por otro lado, parece que están ganado la batalla a la medicina tradicional, pues en los últimos años se observa el desarrollo de una gran resistencia a los antibióticos gracias a su capacidad de supervivencia a través de los biofilms, lo que provoca la cronicidad en muchas enfermedades: infecciones recurrentes, úlceras, etc. Dado que las buenas son las más abundantes también son las que dominan y permiten controlar el crecimiento de las otras, que es lo que provocaría mayores problemas. Las condiciones normales permiten que estas convivan en armonía sin causar enfermedades. La naturaleza es sabia y nos ha dotado de un ph determinado para cada zona de nuestro cuerpo, que limita el crecimiento de las bacterias indeseadas.  La piel contiene microflora beneficiosa (Staphylococcus epidermidis y compañía) que nos protege de las bacterias patógenas. El ph se suele situar entre 4.5-5 debido al sudor y al ácido láctico mantenido por las bacterias autóctonas. Un apunte interesante: la piel grasa tiene un pH más bien neutro, entorno a 7-8, la piel seca un ph más ácido, y la piel normal una acidez de 4.5-5. Al cabello también le gusta el ph ácido. Cuando nos lavamos el pelo o nos teñimos, solemos alterar el ph natural. Por ejemplo, los tintes son alcalinos para que puedan abrir la cutícula y que el pigmento penetre. En cambio, el ph ácido cierra la cutícula, dando brillo.
En el caso de los dientes ocurre lo contrario: el ph es alcalino, la saliva tiene ph alcalino que permite mantener la boca sana. De hecho, ésta es la causa por la que se recomienda evitar azúcar, porque las bacterias causantes de caries Streptococcus mutans se alimentan y fermentan el azúcar, aumentando así el ácido en la boca que desmineraliza el esmalte. Nuestro estómago, con el ácido clorhídrico, llega a una acidez de ph 1.5-3. Como comprobamos, es bastante ácido ya que su misión es digerir todo lo que entre en contacto y, al mismo tiempo, matar las bacterias. Pero hay algunas que resisten, como son las e. faecalis o la temida Helicobacter pylori, conocida por causar úlceras e incluso cáncer de colon. Por último, pero no menos importante, sería el ph de la vagina. Allí se encuentran bacterias lácticas que mantienen el ph dentro de la norma y también evitan el crecimiento desmesurado de las patógenas. El lavado excesivo debilita dicha protección, aumentando la posibilidad de desarrollar infección por bacterias y hongos.


 
Qué ocurre cuando no podemos ganarle la batalla a una infección o ésta se convierte en recurrente?
Hoy en día casi todas las bacterias han desarrollado resistencia a determinados antibióticos, o lo acabarán haciendo. Pero esto no significa que la batalla esté perdida. La ciencia evoluciona, y con ella, las opciones con las que enfrentarnos a ellas. Esto significa que tenemos que enfocarnos hacia el enemigo de otra forma. Por mi experiencia, sé que es posible.
 

Lo primero de todo es saber con qué bacteria nos enfrentamos. Debemos exigir un test que confirme la cepa y la sensibilidad a los antibióticos (si es resistente o si el antibiótico le hará mal de verdad). En mi caso la bacteria era resistente a la amoxicilina así que la infección  había acabado subiendo hasta los riñones y no quería que se prolongase más.

Así que me puse manos a la obra, hambrienta de información. Leía todo lo que caía en mis manos, tanto en foros como en estudios científicos, porque no olvidemos que la ciencia avanza de la mano con la experiencia, y qué mejor que la propia de gente de la calle. Lo que más me llamó la atención es que el gran poder de las bacterias son los biofilms o biopelículas que forman, que les permite adherirse a las superficies y protegerse de los ambientes hostiles, es decir aunque erradicamos la bacteria en un principio, el biofilm  permite las mutaciones cronificando así la infección (enlace) Estos biofilms son los grandes olvidados en la medicina moderna, por lo que una buena opción sería atacándolos. Las opciones son muchas: Serrapeptase, del cual me gustaría hablar más adelante sobre otros beneficios que proporciona, lactoferrina, otras enzimas preolíticas y probióticos. Mi terapia consistía en el antibiótico, serrapeptase, propoleo, D- manosse y probióticos. Después de 6 días de tratamiento  esperé medio mes y fui a hacerme el análisis... estaba completamente libre. Realizo análisis periódicos y de momento ha pasado más de medio año y me mantengo sana. Voy a explicar nuestras opciones y cómo actúan.

-D-manosse es un azúcar presente en algunas frutas y sobretodo en los arándanos rojos.
Se suele usar en caso de tener bacterias e. coli, ya que su eficacia se ha demostrado en éstas. Yo lo usé, aunque no encontré evidencias de que actuara contra el enterococus, pero había leído experiencias buenas, así que decidí probarlo. Actúa impidiendo que el e. coli se adhiera a la uretra y así la orina pueda arrastrarlo limpiamente (enlace) ¿Por qué usar esta forma? Porque es más concentrado. Para llegar a los mismos niveles tendríamos que beber cantidades enormes de zumo de arándano que incluso pueden irritar nuestra tracto digestivo.
- Serrapeptase y nattokinase son un tipo de enzimas proteolíticas que destruyen directamente los biofilms de todo tipo de bacterias (enlace). La marca que usé yo es Now Foods, ya que había leído muy buenos comentarios en múltiples foros y, además tiene muy buena relación calidad-precio.
- Propoleo: es famoso por sus efectos antibióticos, lo cual nunca viene mal para ayudar en nuestra lucha.
- Lactoferrina: la lactoferrina es una proteína que tiene especial afinidad con los iones de hierro. Naturalmente es contenida en las mucosas y también en grandes cantidades en el calostro de la leche materna. Tiene actividad antimicrobiana fúngica y antivírica. Protege a los recién nacidos de infecciones y virus, así como estimula el sistema inmune. Lo que hará por nosotros la lactoferrina es extraer el hierro de las bacterias, siendo este la base necesaria para su supervivencia (enlace).
Con esto dicho cabé destacar queel articulo solo pretende mostrar mi experiencia y dar una opinion personal combianda con la informacion que he recopilado, en todo caso es importante consultar con el medico con quien nos estamos tratando y no olvidar en ningun momento el antibiotico
 Espero que mi experiencia os haya servido. Está claro que nunca se puede afirmar que es cien por cien efectivo, pero cada uno debe encontrar su propio camino y, a veces, éste puede ser más largo o más corto.