jueves, 31 de julio de 2014

La vida y el aprendizaje


No importa si estás en el norte o en el sur, si estás en la ciudad, o perteneces a una tribu perdida a la vista de la civilización. La vida tiene preparado para ti un juego (no muy divertido por cierto) que consiste en ponerte a prueba, y cuanto más te resistes, probablemente más difícil te lo pondrá.
La tribu de los guerreros de mar, como prueba de iniciación, se someten a latigazos con el objetivo de aguantar el dolor sin nada que delatara su sufrimiento. Si lo consiguen, el premio es un collar de conchas que, de un modo simbólico, indica la llegada a la madurez del participante.
Del mismo modo, la vida nos da continuos latigazos. Todos hemos pasado por problemas; es parte del aprendizaje. Y en este proceso muchas veces nos encontraremos más solos que nunca, lo cual nos hace pensar por qué justamente cuando más lo necesitamos. Pero, ¿y si éste es el objetivo del juego? Al igual que los exámenes son una evaluación individual, cuando superamos alguna dificultad somos conscientes de nuestras capacidades. Y eso nos hace crecer, nos hace crecernos y sobretodo madurar, adquiriendo un poco más de aprendizaje en nuestro equipaje necesario para la próxima prueba, porque esto es la vida, y hasta el último momento tendremos que mover ficha.